El Seminario apunta a trabajar la dirección de la cura con tres modalidades diversas del padecimiento: la depresión, la melancolía y el duelo.
No se trata de “tipos clínicos” o categorías diagnósticas, sino de posiciones subjetivas.
En ese sentido, la melancolía nos confronta en la cura con el obstáculo de una posición donde la elección del objeto se plantea siempre en la perspectiva de la pérdida. El melancólico tiene bajo la forma de la pérdida, una pérdida inaugural. Y esto desafía la posición del analista, pero sobre todo, la operatoria de un análisis donde resulta muy difícil introducir una pérdida, porque en realidad ya está puesta a jugar de entrada, y donde el analista no parece tener ninguna incidencia. El melancólico es un resto caído del sistema, un sistema en el cual el analista no tiene lugar.
En cambio, la depresión -un término que no pertenece al cuerpo teórico del psicoanálisis- nos permitirá recortar una variación clínica de la melancolía. Cuando el objeto perdido se imaginariza y adopta la forma neurótica de la pérdida: el fantasma neurótico. Es en este punto que se despliegan los innumerables fantasmas -que trabajaremos a partir de casos- donde se pone a jugar el amor en la vertiente de un duelo que no se realiza. Fantasmas de abandono; de separaciones imposibles; de existencias tóxicas pero difíciles de interrumpir; de duelos imaginados, pero nunca iniciados; de inhibiciones en el terreno del amor; de la inercia de volver a un lugar donde ya no pasa nada. Diversos fantasmas que confluyen en la sentencia que indica que “la felicidad está en otra parte”.
Finalmente, el duelo, nos va a orientar por un lado a los desarrollos del proceso del duelo como a la lógica del acto. Y en este sentido, vamos a trabajar el duelo como la operatoria propia del análisis. Porque de lo que se trata es de inscribir como perdida la posición del sujeto como objeto causa de deseo del Otro. Es decir, ese lugar de niño en la estructura. De esta manera, el recorrido nos llevará de la estructura melancólica del fantasma, pasando por los fantasmas depresivos propios de la neurosis, a la lógica del duelo y la operación analítica que desarrollaremos en detalle en cuanto al acto analítico.
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